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Salvador
Medina Barahona |
FECHA
Y LUGAR DE NACIMIENTO:
Nació el 9 de noviembre de 1973 en Mariabé de Pedasí, Los Santos, Panamá.
TITULOS
ACADÉMICOS:
Administrador de Empresas Turísticas y Hoteleras, por el Instituto Interamericano de Turismo y Hotelería. Gestor Cultural diplomado por la Organización Estados Iberamericanos y la Universidad Tecnológica de Panamá.
EXPERIENCIA
PROFESIONAL O TRABAJO ACTUAL:
Fue hotelero. Ocupó, entre otros, los cargos de Gerente de Recepción y Servicio al Huésped y Director de Ventas en The Executive Hotel, Panamá. De igual forma, ha ejercido la cátedra universitaria en el ramo hotelero, alternando esta actividad con conferencias magistrales sobre el servicio de hospedaje. Actualmente realiza periodismo cultural y promueve las letras, las artes y la cultura.
Editor de la revista literaria Letras de fuego, también creó en 2005 el sitio en línea el duende gramático, destinado a promover la poesía y la minificción de nuevos autores hispanoamericanos. Con su libro Pasaba yo por los días recibe, por vez primera, el más importante galardón de las letras panameñas, Premio Nacional de Literatura “Ricardo Miró” (2009), en la rama poesía. Activista cultural, forma parte del programa sociocultural Siembra de Lectores, de la Fundación Sinfonía Concertante de Panamá (que organiza el Festival de Música Alfredo de Saint Malo) y del equipo organizador del Festival Internacional de Poesía Ars Amandi Panamá. En la actualidad, trabaja en la planificación de un ambicioso proyecto cuyo fin es la promoción de las letras, el arte y la cultura. Director fundador de El duende gramático, la revista.
PREMIOS,
BECAS U OTRAS DISTINCIONES NACIONALES O
INTERNACIONALES:
- Premio Centroamericano de Literatura "Rogelio Sinán" 2001 - 2002. Mención de Honor por su libro "Cartas en tiempos de guerra", segunda finalista entre 63 obras procedentes de Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá.
- Premio Nacional Signos de Poesía "Stella Sierra" 2000. Primer premio, por su obra "Somos la imagen y la tierra".
- Sendas Placas de reconocimiento a su labor poética, otorgadas por la Universidad Nacional de Panamá, sedes de Los Santos (2002) y Veraguas (2004).
- Premios "Anita Villalaz" 2004. El Teatro Club de Panamá confiere Diploma de Honor en la categoría "Logros Culturales" al grupo literario Letras de Fuego por su página dominical en La Estrella de Panamá, bajo su dirección.
- Becario de la Sociedad Estatal Quinto Centenario de España, para el Encuentro entre Dos Mundos; Premio Nacional por Panamá (1990): Réplica histórico - cultural del IV Viaje de Cristóbal Colón. Contacto con el Mundo Maya en el "Aula Navegante de Aventura 92". Historia, academia y deporte de la mano de destacados académicos y deportistas iberoamericanos. 45 días de expedición. Diplomas académicos por las Universidades Autónoma y Complutense de Madrid, y el Consejo Superior de Deportes de España.
- Ganador del Concurso Literario Ricardo Miró 2009, en la sección Poesía, con su obra "Pasaba yo por los días
- Becario de la Organización de Estados Iberoamericanos y la UTP para el primer Diplomado Nacional en Gestión Cultural: 2010-2011.
LIBROS,
CUADERNILLOS Y FOLLETOS PUBLICADOS:
Es una de las nuevas voces poéticas que se han incorporado con fuerza al panorama de la poesía panameña contemporánea. Su poesía ha ido en ascenso desde la aparición de su primer poemario, Mundos de sombra (Fundación Cultural Signos, 1999).
Ha publicado siete libros de poesía: Mundos de sombra (Fundación Cultural Signos, Panamá, 1999), Viaje a la península soñada (2001), Somos la imagen y la tierra (2001), Cartas en tiempos de guerra (Panamá, 2002), La hora de tu olvido (Fundación Cultural Signos, Panamá, 2008) (una intensa elegía al padre), y Pasaba yo por los dias (Panamá, 2010).
La colección Cuadernos Marginales de la Universidad Tecnológica de Panamá incluye entre sus obrasVida en la palabra vida en el tiempo (Universidad Tecnológica de Panamá, Panamá, 2003), un conjunto de ensayos breves de elevado contenido poético, sobre la creación de connotados poetas nacionales e internacionales de la talla de José de Jesús (Chuchú) Martínez, Roberto Sosa o Fayad Jamís; trabajo al que Medina Barahona se ha referido como “poesía de la poesía”. Asimismo, aquella universidad le comisionó la preparación de una compilación de poesía panameña, Construyamos un puente (con Enrique Jaramillo Levi; Panamá, 2004), que recoge lo más granado de 31 poetas nacidos entre 1957 y 1983.
Poemas, ensayos y breves reseñas críticas de su autoría han aparecido en prestigiosas revistas locales e internacionales, como la Revista Cultural Maga, el Black Renaissance Noire de la Universidad de Nueva York y la Revista Carátula de Sergio Ramírez. Fue incluido, entre otras, en la antología al francés Poésie Panaménne du XXe Siècle(Poesía panameña del siglo XX) de Olver Gilberto de León; Universidad de la Sorbona, Francia. Realizó periodismo cultural durante dos años en La Estrella de Panamá, dirigiendo la página dominical Letras de fuego, del grupo literario del mismo nombre, del cual es miembro fundador; esta iniciativa recibió un merecido reconocimiento por su aporte cultural en los Premios “Anita Villalaz” 2004.
DESCRIPCIÓN
TEMÁTICA DE ALGUNOS LIBROS:
Pasaba yo por los días (poesía, 2010). Máximo testimonio de un poeta hecho lenguaje; pero, sobre todo, excelsa manifestación de un lenguaje articulado por la Poesía, Pasaba yo por los días, de Salvador Medina Barahona, constituye una osada travesía por territorios místicos, alquímicos o, simplemente, humanos. El agua como elemento ausente, el sueño como catalizador de un ansiado despertar, y el viaje como una toma de conciencia cósmica, confluyen en un templo donde cohabitan dioses y demonios, amaneceres y tinieblas, hallazgos y desapariciones. En busca de su rostro original, el poeta examina los abismos y las cimas: hunde los pies descalzos en la arena de los años y se eleva, en su sabiduría existencial, hacia lo innombrable. Con mirada despierta, el pálpito suspendido, este poeta obedece al misterio y al silencio, y oficia, con lucidez, el grito perdurable; ese que rasga los dogmas y atavismos que han venido usurpando los espacios de la libertad.
Un selecto Jurado, compuesto por Arysteides Turpana, Winston Orrillo y Jorge Galán, ha considerado que “con este libro el autor contribuye al afianzamiento de la calidad de la nueva poesía panameña”, y fundamenta su fallo unánime en las siguientes premisas: “Maestría del lenguaje poético; dominio del ritmo interior, y redondez pulquérrima de las imágenes que arriban ciertamente a resultados poéticos deslumbrantes.”
“Estimado Salvador: Quería felicitarte por la edición de Pasaba yo por los días. Es un libro realmente bueno, de eso nunca me ha cabido duda. Y me da gusto, muchísimo gusto que haya salido ya. Se lo merece y te lo mereces... Sin duda debe ser así por la calidad de tu trabajo. He vuelto a leer también la presentación de Magdalena, que conocía desde antes. Da gusto leerla. Un abrazo y felicidades otra vez.” Jorge Galán, poeta salvadoreño, Premio Adonáis de Poesía
“Leer Pasaba yo por lo días es entender que la poesía es brújula y es hemisferio, la palabra es movimiento, es camino, es horizonte. La poesía es un remo, es una rueda, es un motor, es combustible. Todas las cosas que este libro nos entrega y nos muestra, y sobre todo la altura con la que logra llevarlo a cabo, me permite atreverme a asegurar que constituye un referente indispensable dentro de la literatura panameña contemporánea.” Magdalena Camargo Lemieszek, poeta polaco-panameña.
La hora de tu olvido (poesía, 2008). Luego de seis años de silencio, Salvador Medina Barahona nos ofrece esta hermosa elegía al padre, mezcla de dolor y recuerdos, dudas metafísicas ante el acontecer inexorable de la muerte y profecías poéticas que anuncian un tránsito ineludible hacia territorios desconocidos. Con un lenguaje limpio, concentrado más bien en la sustantividad de la pérdida, este canto-homenaje cala en los huesos y nos estremece para siempre.
"Jamás me imaginé que alguien me regalaría un libro que encierra/abre la poesía más limpia y a la vez maravillosamente profunda y plena que en muchos años no había tenido el privilegio de disfrutar."
Liliana Pinedo, poeta
Construyamos
un puente (poesía, 2004). Construyamos un puente -31 poetas panameños nacidos entre 1957 y 1983- es una compilación que ya hacía falta acometer, realizada por los escritores nacionales Salvador Medina Barahona y Enrique Jaramillo Levi como una aportación bibliográfica a la celebración del Centenario de la República, a iniciativa de la Coordinación de Difusión Cultural de la Universidad Tecnológica de Panamá.
Integrada por textos poéticos de apreciable calidad, este libro tiene como punto de partida poemas de autores que nacieron al final de la década de los cincuenta - Consuelo Tomás, José A. Carr, Luis Wong Vega, Alex Mariscal y Leoncio Obando, entre otros-, hasta llegar a los poetas de las nuevas generaciones, como Katia Chiari, Porfirio Salazar, Eyra Harbar, Salvador Medina Barahona o Javier Alvarado, por mencionar solo algunos.
Vida
en la palabra vida en el tiempo (reseñas críticas,
2003). Es un lúcido trabajo integrado por diez formas breves que buscan hacer una lectura personal de la obra poética de autores del relieve de José de Jesús Martínez, Roberto Sosa, Fayad Jamís, Viviane Nathan y Porfirio Salazar, entre otros. A través de lo que el poeta ha denominado "poesía de la poesía, lecturas y acercamientos", estos microensayos reescriben e intertextualizan una historia común, sustentándose en el ideal de que "uno escribe su vida cuando cree escribir sus lecturas", según lo sustenta el argentino Ricardo Piglia.
Para el escritor Juan Antonio Gómez, "La primera impresión que nos causa su lectura es la de una admirable precisión. Sentimos que todo está en su justo lugar, que no sobra ni falta nada. Un Prólogo y un Epílogo que se muerden la cola, formando una circunferencia y que además, dan título al libro. Título adecuado: Vida en la palabra, vida en el tiempo. Tres conceptos fundamentales y fundacionales: vida... palabra... tiempo. La vida y el tiempo enlazados, unidos por la palabra. [...] Textos poéticos breves que han sido re-escritos, es decir: revisados y corregidos por su autor, lo que revela una plausible actitud autocrítica y la seria responsabilidad con que Salvador Medina Barahona asume su oficio de poeta. [...] Son ocho los poetas que le sirven de sustento y pretexto para exponernos su poética, su visión de la vida, de la muerte y de la literatura. Pero además, y esto es doblemente significativo, estos micro-ensayos hacen una justa valoración de algunas de las obras de estos escritores, logrando lo que toda buena crítica literaria debe conseguir: despertar o intensificar el interés por conocer la obra de un autor, y orientar nuestras lecturas."
Cartas
en tiempos de guerra (poesía,
2002).Cartas en tiempos de guerra es una trenza poética hecha de crónicas, cartas y silencios, según reza en la contraportada del libro.
Destacada por Elva Macías (poeta mexicana), Alvaro Menéndez Franco (poeta panameño) e Isabel Barragán de Turner (crítica y académica nacional), todos miembros del jurado del Premio Centroamericano de Literatura ogelio Sinán 2001 - 2002, como "un poemario que expresa el hondo drama de nuestro tiempo y reflexiona sobre el destino de la humanidad en el mundo contemporáneo", esta obra se alza sobre la mentira de una fecha trágica e indisoluble: el 11 de septiembre de 2001, para cuestionar, desde su ideario poético, el entramado dantesco erigido por los centros de poder económico, proponiéndolo valientemente como un circo, y denunciándolo como engaño... Hay [en ella] un tono solidario con las víctimas pero una repulsa a los discursos amañados de su gobernantes.
Cartas en tiempo de guerra sugiere la búsqueda y el hallazgo de la verdad, el desmantelamiento de una pantalla cruel y desinformativa... Sugiere indagar; ya no para la venganza, ya no para tro nuevo engaño, ya no para otra nueva omisión; sino para encarar el odio de los verdaderos culpables y ensayar de vuelta la paz que ha sido desterrada. ¿Utopía? Tal vez.
Somos
la imagen y la tierra (poesía, 2002). Este poemario obtuvo el Premio Nacional Signos de Poesía "Stella Sierra" 2000. En su fallo conjunto, el jurado, conformado por el crítico Erasto Espino y los poetas Pablo Menacho y Porfirio Salazar, señala: "Obra de un autor que sobresale por su acertado uso del ritmo poético y de la imagen que estructuran bellamente el texto, comunicando una reflexión dolorosa y esperanzada sobre el ser del hombre."
Somos la imagen y la tierra es, según su propio autor, "un intento por recuperar el sueño como metáfora de salvación; como la salida humana a la crisis existencial que nos golpea."
Por su parte, el poeta Porfirio Salazar ve en él "una poesía que hay que escudriñar con cuidado... intensa... imaginativa... con momentos de gran altura lírica..."
Viaje
a la península soñada (poesía, 2001). Este segundo libro de Salvador Medina Barahona, de "lenguaje transparente, elemental, silvestre...; de poesía desenfadada, sin artificios, con su camisa de diario", ha sido objeto de las más variadas apreciaciones, todas favorables. Escritores tan diversos como Changmarín, Errol Caballero, Héctor Collado, Melquiades Villarreal Castillo o Ernesto Endara, han opinado sobre él con equilibrada admiración.
Collado, por ejemplo, dice: "Leer Viaje a la península soñada es ciertamente un viaje. Es como beber agua de la tinaja de la abuela, volver al campo en el verano y comer mangos o marañones hasta que los jugos de las frutas se escurran por las manos y se manche la camisa... Entre el tambor y la lluvia, la vida y el sueño, la ida y el retorno, la esperanza y la nostalgia, el horizonte y los caminos; entre monte y cielo, se entrecruzan las voces del Salvador de la península y el sueño... El poeta hace uso de la nostalgia como herramienta de trabajo... y construye un sueño de "piedra y lodo" como lo anuncia el apropiado epígrafe del poeta Roberto Sosa, que viene a resultar como una señal intermitente para guiarse en las lecturas de la obra. Digo lecturas, en plural, porque es una obra modular que se deja beber desde la infancia, desde el sueño, desde la añoranza, desde las complicaciones técnicas relacionadas con el uso del lenguaje y la preceptiva... La península es la metáfora! de la patria, un icono de nacionalidad desde la perspectiva del hablante. El hablante construye un discurso plástico que elabora un perfil geográfico y emocional, desde la memoria. Hay una patria morena, empollerada, con sus mejores galas, paseándose por el poema... La memoria evoca, el sueño crea, la vida construye, la poesía trasciende y 'vivir es llenar de amor el tiempo'."
Un poema sentido; un canto hermoso; un viaje hacia la raíz; una nueva forma de escribir lo que somos.
Mundos de sombra
(poemario, 1999). Según el poeta y ensayista José Carr, la visión desencantada que nos muestra Salvador Medina Barahona en éste, su primer poemario, es hija de una época en la que todo conspira para la deshumanización del hombre.
El crítico Allen Patiño, por su parte, lo describe así: "Fraseo nervioso, asociaciones sorpresivas, 'flautas agoreras', imágenes en tropel: a mi juicio, pulsiones en definitivo corte rimbauldiano. Versos que no parecen escritos, sino desparramados por ráfagas de impaciencia y rebeldía... Nihilismo, osados reclamos, referencias a Vallejo, al Abaddón de Sábato, al Hondero entusiasta de Neruda. Dolor. Caos. Agujeros negros. Marionetas que danzan por las telarañas del cosmos..."
Melquiades Villarreal Castillo, sin embargo, ve luz en su lectura de estos mundos, al asirse al "color gris que evoluciona hacia la penumbra y [que], por ende, tiene algo de resplandor, aunque sea tan sólo la luz tenue de la esperanza. El factor cromático - agrega - funciona como herramienta tendiente a producir una especie de fuga de la asfixia en la que se ve inmerso el héroe poético".
A esa fuga alude el poeta José Franco, quien en su lectura encuentra a un "poeta conmovido por la vaguedades de la existencia", en unas páginas signadas por la "sinceridad y [la] valentía y una emoción que sostiene con mucha dignidad".
No en vano la reseñista Yolanda Crespo ha afirmado que "las líneas de sus versos vibran, las palabras se mueven por sí solas, arrastrando al lector en su ímpetu creativo."
Estamos, pues, "Frente a un creador capaz de hacer buena poesía y comunicar emociones fuertes y duraderas". [...] "Frente a un compendio poético y variado, de alto contenido y calidad artística [...] Sin lugar a dudas, un admirable mosaico dentro del corpus de la poesía panameña actual".
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