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Javier
Romero Hernández |
FECHA
Y LUGAR DE NACIMIENTO:
Nació en La Chorrera, Panamá, el 2 de septiembre de 1983.
TITULOS
ACADÉMICOS:
Es músico y estudia Medicina en la Universidad de Panamá.
PREMIOS,
BECAS U OTRAS DISTINCIONES NACIONALES O
INTERNACIONALES:
Con el poemario Delirio de la sangre, obtiene el
premio "Demetrio Herrera Sevillano" 2002, organizado por
la Dirección de Cultura, Vicerrectoría de Extensión,
Universidad de Panamá. En el año 2004 obtuvo una Mención
de Honor en el Concurso de Poesía Gustavo Batista Cedeño
con la obra Poemas para encontrar a un ser humano.
Gana el Premio de Poesía Joven "Gustavo Batista Cedeño" 2009, del INAC, con su obra: "Lluvia inflamable".
LIBROS,
CUADERNILLOS Y FOLLETOS PUBLICADOS:
Delirio de la sangre (Editorial Portobobelo, Panamá,
2003), Poemas para encontrar a un ser humano (INAC,
Panamá, 2005), Meditación en un laberinto y otros extravíos (9 Signos Grupo Editorial, Panamá, 2006).
DESCRIPCIÓN
TEMÁTICA DE ALGUNOS LIBROS:
Meditación en un laberinto y otros extravíos (poesía, 2006). Podemos leer en la contra portada de la obra lo siguiente: “…A sus 23 años, Romero Hernández nos ofrece ya una poesía madura, profunda, apuntalada por reflexiones de hondo contenido filosófico ancladas en la experiencia humana. Su manejo de la metáfora denota la riqueza de su vuelo imaginativo y de su caudal semántico. Así, Meditación en un laberinto y otros extravíos se nos presenta como una lúcida reflexión poética en la que el autor revela sus abundantes recursos líricos para indagar en la condición humana y expresar su posición frente al caos y el abismo. Sin duda se trata de uno de los más talentosos poetas jóvenes de las nuevas generaciones, de quien razonablemente habrá que esperar una trayectoria de renovados logros y aportes literarios aún más singulares”.
Poemas
para encontrar a un ser humano (poesía,2005).
Este poemario recibió Mención de Honor en el Concurso
de Poesía “Gustavo Batista Cedeño” 2004
que auspicia en INAC. Esta obra consta de un poema corto y tres
extensos: “Hombre”, “Palabras de un clon”,
“Prehistórico” y “Elegía para una
presencia lejana”.
Delirio
de la sangre (poesía, 2003). La poeta Consuelo Tomás
dice en el prólogo del libro lo siguiente: "Delirios
de la sangre contiene exaltación amorosa, pero afortunadamente
está lejos de los extremos trágicos y dolientes comunes
en la poesía amorosa juvenil. Lejos del verbo fácil
salido de lecturas superficiales de los poetas parnasianos. El libro
está atravesado por el reconocimiento de que somos una realidad
compleja que le teme a la muerte, vista desde la poesía como
una "ausencia de verde y de sonidos". Sustentado sobre lecturas
de poetas contemporáneos que bajaron el amor de su pedestal
y lo pusieron en medio de los días y las cosas.
Reconoce
la cotidianidad y la nombra. Como una necesidad de certidumbres,
pero también como un atentado contra la pasión y la
maravilla de imaginar.
La
sangre, es la metáfora magnífica para definir la existencia
de vida en el cuerpo, y la ausencia de ella. Nada más impresionante
que un cadáver sobre un charco de sangre. Por eso los poetas
la utilizan para dibujar la pasión, o la ausencia de ella.
En este libro, la sangre es el color de la pasión, y la pasión
es la vida misma. Sin pasión, no hay vida, no hay literatura,
no hay nada. Apenas sombras, o imitaciones de sombras.
Una
no deja de sorprenderse cuando encuentra a un joven (obligado a
serio) que entrega un libro mesurado, atendido, equilibrado en su
forma y su contenido. De lejos se ve que hubo amor y disciplina
por construirlo. y uno agradece que Javier Romero haya encontrado
la puerta de atrás, la de la poesía, y haya decidido
entrar y correr todos los riesgos. Como estudiante de medicina,
ya debe saber cómo es un cuerpo humano por dentro. Como poeta,
apenas comienza a descubrir cómo es ese otro cuerpo intangible,
el que lo mueve todo, el que hace posible que seamos lo que somos.
El sitio inequívoco de la pasión".
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